Qué importante es la pitanza. Y eso que no hacía ni diez minutos que nos habíamos sentado.

Prometido que la edición siguiente volvemos a la mesa redonda.

Rodrigo puesto en su papel, y Conchita inauguró las presidencias de mesa.

Roberto, antes de ser padre (al tío le duerme la criatura; gente con suerte), e Inés reflexiva. No sabía por entonces que iba a coger un resfriado descomunal.

¿Prestando atención?

Andrés Martínez, el arqueólogo municipal, que amablemente nos enseñó el museo y la colección de la judería.

En el castillo de Lorca. Faltaba uno (una), y no es el que está dando la espalda y lleva casco.

Si es que somos como niños…

Y el simposio avanzaba…

Asaltando una de las torres de la fortaleza.

Departiendo.

Mucho vicio: jugando a los dados.

Mario, lo siento, pero lo tenía que poner, lo tenía que poner… Y ojo que hay testimonio fotográfico de otros (y otra). Algún día, cuando seáis Ministros de Igual Da, ya las pondremos.